Los hinchables y su impacto positivo en el desarrollo de la motricidad gruesa
El correcto desarrollo de la motricidad gruesa en los niños es de vital importancia para que tengan un correcto crecimiento.
Se entiende por motricidad gruesa a la capacidad de mover todo el cuerpo de manera uniforme, como si fuera un todo. Esto, a simple vista parece algo muy sencillo, pero para los pequeños no lo es tanto. Andar correctamente, coordinar brazos y piernas, aprender a correr sin caerse… son retos a los que todos nos hemos enfrentado en nuestra infancia. Y es que, además de esto, un correcto desarrollo de la motricidad gruesa es necesario para que, en el futuro, la motricidad fina se puede desarrollar sin problema alguno.
Dada la gran importancia de desarrollar correctamente la motricidad gruesa, toda ayuda que se le pueda dar a los pequeños es poca. ¿Te imaginas que tus hijos pudieran desarrollar su motricidad gruesa y que esto lo hicieran pasando un momento de los más divertido? Todo esto lo puedes conseguir con un solo objeto: un castillo hinchable.
Cómo ayudan los hinchables con la motricidad gruesa
Para saber realmente cómo ayudan los castillos hinchables a la motricidad gruesa, primero hay que hacer un poco más de hincapié en la descripción de ésta. Cuando se habla del desarrollo de este tipo de motricidad se habla de acciones cotidianas como: gatear, andar, correr, saltar, escalar, balancearse…. como ves, acciones muy del día a día. Bien es cierto que estas actividades acaban por aprenderse de manera instintiva, pero no está de más darles una ayuda a los peques. Aquí es donde entran a escena los castillos hinchables.
Los castillos hinchables son el aliado perfecto para que tus hijos desarrollen su motricidad gruesa. ¿Cómo? Muy fácil. Estos se caracterizan porque los niños se dedican a correr, saltar y gatear por ellos, que como ves, son las acciones básicas pertenecientes a la motricidad gruesa.
Dependiendo qué actividad quieras ayudar a potenciar a tu hijo podrás decantarte por un hinchable u otro. Para los más pequeños, los castillos básicos son perfectos para que gateen y empiecen a andar y a mantener el equilibrio. Si por el contrario, el peque ya es un poco más grande un castillo con obstáculos puede ser perfecto para que practiquen el escalar y el balancearse. Eso sí, todo ello con la seguridad de que si caen y pierden el equilibrio, lo harán sobre una superficie blandita.